Coincidiendo con la subida de temperaturas, siempre reflexionamos si estamos realmente preparados para la llegada del verano. En esta recta final antes de la época vacacional casi siempre incluimos tareas relacionadas con ponernos en forma: desde el clásico gimnasio, quitarnos de las cañas entre semana, hasta el firme propósito de comer más verduras, quinoa, batidos verdes…
No se trata de ser demasiado autoexigentes ni de intentar hacer todo a la vez en la misma semana, si no de establecer un plan y procurar que esta acción de cuidar nuestra salud dure este verano y todos los veranos que vendrán. Se trata, en definitiva, de cuidar nuestra salud presente y futura.
Con el paso de los años, nuestro cuerpo requiere un mayor cuidado y es que no sólo debemos preocuparnos por nuestro aspecto físico, sino que también es necesario que cuidemos nuestra salud y nuestro cuerpo por dentro, ya que eso, inexorablemente, se percibirá también por fuera.
¿Y cómo podemos asegurarnos un buen bienestar en el futuro?
En la salud, como con el ahorro, la planificación es clave para poder disfrutar de una jubilación y poder envejecer con una mayor calidad de vida. Como en la fábula de la cigarra y la hormiga, debemos sembrar hoy lo que queramos recoger en un mañana no tan lejano.
Es un hecho que lo que hoy hagamos repercutirá directamente en nuestra salud durante la vejez por lo que tenemos que ponernos serios en este sentido y así y como ahorramos y planificamos nuestra jubilación con un plan de pensiones, debemos planificar nuestro retiro con un plan de hábitos saludables.
Si queremos cuidar de aquello que más nos importa, un seguro de salud, en este sentido, puede ser clave para tener nuestra salud bien monitorizada y poder acceder a los mejores especialistas. Uno de los principales atractivos de la sanidad privada es el reconocido prestigio de los centros médicos a los que los asegurados tienen acceso, además de contar con los medios de diagnóstico más avanzados. Además, si por algo se caracteriza a la seguridad privada es por la reducción en los tiempos de espera y los criterios médicos de selección.
Por otra parte, si hemos tomado la decisión de contratar un seguro privado de salud, tenemos que tener en cuenta que existe una amplísima oferta en el mercado y que, por ende, no todos los seguros de salud ofrecen las mismas coberturas o cuadro médico.
Aunque la variable del precio sea, a primera vista, una de las más tenidas en cuenta, la contratación de un seguro de salud debe ir mucho más allá de este reclamo y debe realizarse de forma reflexionada y cotejando bien todas las posibilidades del mercado. ¿Qué coberturas y carencias tiene el seguro? ¿Qué factores pueden incrementar la tarifa de mi póliza? ¿Qué le pido a un seguro de salud y cuál se adapta mejor a mis necesidades?
Así, cuidando nuestra salud, llegaremos al verano del 2018 y puede que al del 2058, sanos y frescos como una manzana. El cuidar nuestra salud no debe ser interpretado como algo puntual sino más bien se trata de crear un hábito. ¿Cómo? La respuesta la sabemos todos: haciendo revisiones médicas periódicas, tomando una pieza de fruta para desayunar, planificando nuestras comidas con tiempo para tener una dieta más sana, evitando el sedentarismo haciendo ejercicio moderado tres veces por semana y, sobre todo, queriéndonos siempre mucho.
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