La depresión postparto existe y a menudo, idealizamos tanto la situación que no la reconocemos o la rechazamos. Ya has dado a luz y tu bebé está en tus brazos. Terminó la dulce (y larga) espera, y ya ha llegado el momento de disfrutar del recién llegado con ilusión.
Se trata sin duda de un momento muy esperado y que llenará de felicidad a toda la familia, pero, contra toda lógica, tú te sientes triste, alicaída y con muchas ganas de llorar.
Si este es tu caso, tranquila, es normal. Estás viviendo una consecuencia de lo que se conoce como maternity blues o tristeza puerperal, un proceso que se caracteriza por un estado de ánimo muy bajo, cansancio y ganas constantes de llorar.
Se trata de una situación muy habitual que afecta a un gran número de mamás, y no significa que no te alegres de tener a tu bebé contigo, ni que no estés feliz ante tu nueva situación familiar ni, mucho menos, que seas mala madre.
De hecho, cuanto más intentes reprimir este estado ánimo, más difícil será controlarlo, y te llevará a situaciones complicadas de irritabilidad, frustración y hastío. Por ello, lo mejor aceptar estas sensaciones de la depresión postparto como un proceso postparto normal que irá pasando en poco tiempo.
Eso sí, es importante que si notas que estos síntomas de tristeza no desaparecen tras las dos o tres primeras semanas, consultes con tu matrona o con tu médico. Y es que, aunque en principio es un proceso considerado como normal, en casos que se alargan más en el tiempo pueden generar depresión postparto. Y en este caso, se trata de un cuadro de síntomas más serios que necesitan valoración y tratamiento médico.
Las hormonas son las culpables de la depresión postparto
Si quieres saber por qué te sientes triste, la respuesta es rápida: las hormonas tienen la culpa. Y no solo te harán tener un estado de ánimo bajo, sino que pueden incluso generar ansiedad y dificultad para dormir.
La causa de todo este trastorno anímico en el 90% de los casos se debe a los desajustes hormonales que la mujer sufre tras el parto. Los niveles de hormonas que aumentan en gran medida durante el embarazo, descienden bruscamente tras dar a luz, y otras que disminuyeron, aumentan drásticamente en el postparto para alcanzar los niveles normales.
Todo este proceso ocurre además en muy poco tiempo. Es la respuesta de tu organismo para recuperar la normalidad lo más rápidamente posible. De hecho, lo comenzarás a notar entre el tercer y quinto día del nacimiento de tu bebé.
Este desajuste hormonal coincide además con un periodo lleno de cambios en que las recientes mamás deben enfrentarse a un proceso de adaptación, mucha incertidumbre y cansancio.
Esta situación, unida a que la recuperación física necesaria tras el parto, hacen que nazca un cóctel de emociones difíciles de controlar. Y como ye te hemos recomendado, lo mejor es que no intentes reprimir estas sensaciones, es mejor que dejes que fluyan.
En definitiva, se tratan de sentimientos que hay que afrontar y dejar que pasen con naturalidad, sin cuestionar en profundidad. Si tienes ganas de llorar, hazlo sin culpabilidad, o si necesitas hablar de ello, apóyate en tus personas más cercanas y explícales cómo te sientes.
Además, existen una serie de pautas que pueden ayudarte a mejorar la depresión postparto, como alimentarse adecuadamente, descansar todo lo posible (aprovecha a hacerlo cuando tu bebé duerma) y, por supuesto, pedir ayuda cuando lo necesites.
Lo más importante es que seas consciente de que es una situación pasajera muy habitual que pasará rápidamente, por lo que es importante que aceptes tus cambios emocionales con naturalidad.