Hace unos días salió a la venta su primer álbum ilustrado, un cuento coeducativo sobre la diversidad infantil titulado «Somos iguales, somos diferentes»
Armando, eres un gran divulgador de la defensa de la infancia respetada, ¿Cómo recuerdas tu infancia?
A lo largo de tu carrera profesional has comunicado a los padres y madres, a través de diferentes canales: tu primer blog, diferentes portales online conocidos, conferencias, tu libro “ Soy Papá”, tu comunidad Criar con Sentido Común, y desde hace dos años, también a través de libros ilustrados. ¿En qué formato te sientes más cómodo?
Este último libro ilustrado habla de niños y niñas sensibles. Su protagonista, Axel, es un niño como cualquier otro, pero en algunas cosas es diferente a los demás. No le gustan los ruidos fuertes, ni los tejidos que pican, ni los juegos de correr. ¿Es un handicap el ser más sensible? ¿Cómo podemos detectarlo?
Hay niños y niñas que son más sensibles que la mayoría, y viven de manera más intensa ciertos estímulos y sensaciones. Esto les hace tener más dificultades en el día a día, y es importante estudiar bien cada caso, para ver si eso les afecta en sus relaciones y en su vida diaria. Por ejemplo, sería una pena que un peque no quisiera salir nunca de casa para jugar con otros niños y niñas porque acaba estresado en vez de contento. O que tenga que llevar ropa liviana en invierno, pasando frío, porque se agobia con la ropa más pesada. O… que no pueda comer ciertos alimentos porque esa textura no le es agradable, cuando todos sus compañeros la están comiendo. En esos casos, cuando puede ser molesto, es importante estudiar el caso, respetarlo (no hacer sentir mal al peque, y este álbum ilustrado viene a ayudar con esto), y trabajar para mejorar estos aspectos en la medida de lo posible.
Ahora bien, no todo es negativo. Los peques más sensibles suelen ser más curiosos, más detallistas, más sensibles (en el buen sentido de la palabra también), aprecian la música bonita, los amaneceres y atardeceres, los colores de las flores, su olor, el vuelo de una mariposa, se preguntan por qué el sol no se apaga y cosas que nos pueden dejar un poco sorprendidos, al no tener una respuesta (quizás porque jamás nos lo hemos preguntado).
¿Crees que está la sociedad preparada para la diversidad?
Creo que estamos mejorando, aunque aún nos falta ser más abiertos de mente y más respetuosos. Y hablo de los adultos. Los niños y niñas aceptan muy fácilmente a cualquier persona que tenga a su alrededor. Lo único que le exige es que le trate bien (y a veces ni eso). Somos nosotros, los mayores, quienes les vamos inculcando el temor a lo diferente, e incluso el desprecio. Eso lo aprenden de nosotros.
Todos tus libros son para leer en familia, pero hay familias que no encuentran un momento para leer con sus hijos/as ¿Qué consejos darías a las madres y los padres que se sienten culpables por falta de tiempo?
Si no hay momentos, porque realmente no están en casa, o están trabajando… y no hay alternativa, pues solo puedo decirles que no es una elección suya, así que no hay cabida a la culpa. Seguro que muchos de nosotros no recordamos ningún instante en el que ni nuestra madre ni nuestro padre se sentara a leer con nosotros. Y en la mayoría de casos les queremos con locura.
Ahora bien, si hay un ratito, que no tiene por qué ser antes de dormir, por ejemplo el sábado por la tarde, o el domingo… si hay un ratito, hay que aprovecharlo. Porque si queremos estar en sus recuerdos del futuro, tendremos que estar en sus vivencias del presente. Ese ratito hace sentir a nuestro peque importante para nosotros, le hace sentir querido, le hace sentir visible, que pertenece, que forma parte de algo más.
Eso les da seguridad para afrontar su día a día, eso le hace tener buena autoestima e incluso dormir mejor. Porque un peque con pocas preocupaciones, duerme mejor (como los adultos, vamos). Así que si podemos encontrar esos ratos para hacer cosas con ellos, mejor. Mejor para ellos, y mejor para nosotros, ya que el roce hace el cariño. Cuanto más tiempo pasamos con ellos, mejor es nuestra relación, y la crianza y la educación se hace un poco más fácil.
Y por último…¿Qué podemos hacer los padres y madres para que nuestros peques entiendan la diversidad como parte de la riqueza?
Entenderla así nosotros. Leer libros, ver documentales, viajar, hablar con gente diversa. Para darnos cuenta de que aunque todos somos diferentes, hay muchas más cosas que nos unen que cosas que nos separan. Hablar, escuchar, aceptar, respetar. Si lo hacemos nosotros, también lo harán ellos.
¡Muchas gracias Armando!
Podréis conocer a Armando en nuestras ediciones de ExpoNadó 2022, 1 y 2 de Octubre en Tarragona y 12 y 13 de Noviembre en Sabadell. ¡Os esperamos!